APRENDIZAJE VIVENCIADO.
LO
QUE SE OYE, SE OLVIDA…
LO
QUE SE VE, SE RECUERDA…
LO
QUE SE HACE, SE APRENDE…
CONFUCIO.
Los niños y las niñas
en su vida diaria están experimentando continuamente, son autores de su propia
historia; es algo innato, puesto que necesitan explorar su mundo, manipular los
objetos e investigar qué es lo que sucede en su entorno con la finalidad de
poder entender su realidad, es decir, desean conocer el por qué de todas las
cosas.
La mejor forma que
tiene un niño de 0‐6 años de descubrir propiedades y
cualidades de las cosas es por medio de la manipulación de objetos y de la
experimentación a través del aprendizaje vivenciado.
El
aprendizaje vivencial es aquel que se aprende haciendo, se aprende por medio de
la acción, no solo escuchando o mirando, no solo razonando o sintiendo sino
involucrado totalmente en una experiencia que le exige su completa
participación.
Un
niño/a en edad preescolar aprende por medio del movimiento; sus períodos de
atención sostenida son cortos, se encuentra en la etapa sensoriomotora y
preoperacional, y demanda un aprendizaje significativo (con sentido) para que
se afiancen conceptos como colores, formas, conceptos de espacio, tamaño,
noción de cantidad al igual que vocabulario nuevo.
Este
tipo de enseñanza consiste en presentar al alumno los conceptos a través de
distintos canales de aprendizaje: visual, auditivo y kinestéstico, es decir, el
niño puede ver, oler, tocar y sentir el concepto que está aprendiendo.
Una
vez que se aprende de manera natural y vivencial, es hora de pasar a trabajar
estos conceptos a través de papel y tareas escolares, respetando siempre el
ritmo de aprendizaje de cada niño.